martes, 7 de febrero de 2012

Mi apoyo a María Corina (Carlos Armando Figueredo)

Acabo de leer el excelente artículo de Germán Carrera Damas titulado “A PROPÓSITO DE MARÍA CORINA MACHADO PRESIDENTE”. Suscribo, como si fuera mío, todo lo que dice el ilustre historiador venezolano. Ya antes de que María Corina hubiera decidido postularse como candidata en las primarias, tuve la suerte de formar parte de un grupo de compatriotas que pensaban que María Corina reunía todas las condiciones para ser Presidente de la República en las circunstancias que nos han tocado vivir. Recuerdo la alegría que nos produjo el anuncio que nos dio a Francisco Kerdel Vegas, a Ricardo Degwitz y a mi, en un desayuno casa de sus padres, de que había decidido postularse.

Desde entonces he visto cómo, sin contar con el apoyo de una estructura partidista, ha podido lograr que un número de venezolanos que crece exponencialmente se convenzan que, sin desmedro de las demás candidaturas, la de María Corina es la que más conviene para el cambio que requerimos con urgencia. Es cierto que, durante largo tiempo, las encuestas no la han venido favoreciendo. Todos sabemos cómo operan las encuestas y se ha visto que en algunos casos al preguntar a los encuestados sobre el candidato de su preferencia, ni siquiera colocaban a María Corina en la pregunta. En la calle, por doquier, uno observa cómo crece el apoyo a María Corina.

No es admisible que alguien decida votar el 12 de febrero únicamente por quien luzca con mayores posibilidades de ganar. Se debe votar por quien uno crea que es el mejor candidato. Si se cree que el mejor candidato es quien lidera en las encuestas está bien que se vote por él, pero no estamos ante una carrera de caballos en la que se apuesta al favorito como ganador.

Las mujeres en América Latina están desempeñando cada vez más un papel más propicio para el crecimiento de una democracia con contenido social. Basta con ver los casos de Michelle Bachelet en Chile, de Dilma Roussef en Brasil, de Laura Chinchilla en Costa Rica.
A quienes estén habituados a las carreras de caballos hay que decirles que, cuando un tajo gana, paga mejores dividendos que el favorito.

Mi voto es por María Corina y he venido constando cómo muchas personas que conozco, que ni siquiera pensaban en ella, ahora le van a dar su voto

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