miércoles, 8 de febrero de 2012

María Corina sí derrota a Chávez (Álvaro Benavides La Grecca)

La voz de María Corina Machado se corresponde fielmente con las genuinas angustias y aspiraciones de los millones de venezolanos que sabemos que lo que está en juego el 7 de octubre es nuestra libertad individual y colectiva, y que fue justamente lo que nos llevó a exigir unas elecciones primarias que nos permitieran escoger al candidato mejor capacitado para derrotar al salvaje populismo de Hugo Chávez.

Ha quedado demostrado que María Corina entiende desde siempre esas angustias, y que está preparada para dar respuesta cabal a tales aspiraciones. A la cabeza del gobierno nacional, creará las condiciones indispensables para que cada venezolano sea dueño soberano de su presente y de su futuro, y enterrará para siempre la humillante condición de mendicidad que ha acarreado el salvaje populismo que  simboliza Hugo Chávez.

Me cuento entre quienes piensan que estas elecciones primarias se diseñaron y organizaron (y se están llevando a cabo) con el principalísimo propósito de garantizarnos un cambio radical en la trágica ruta que ha tomado nuestro país desde 1998.

Es cierto que para que ese cambio pueda materializarse, es necesario antes que nada sacar de Miraflores al presidente actual. Pero lo que se impone en estos momentos de profundo desmoronamiento del país, exige muchísimo más que cambiar un gobierno por otro, un presidente por otro, un partido por otro.

De allí que cause sorpresa –a veces más que sólo sorpresa- que el tono y las propuestas de algunos de los candidatos a estas primarias se corresponda más bien con las campañas electorales que tuvimos desde 1959 hasta 1993, cuando disfrutábamos de la alternabilidad democrática que nos permitía escoger entre candidatos con opción de triunfo que participaban en el juego democrático.

María Corina Machado es la candidata idónea para cambiar el rumbo de esta historia de perversidades, corrupción, fraude y traiciones que ha llevado a Venezuela al precipicio en que se encuentra. Tiene coraje, claridad de propósitos, y, sobre todo, mucho respeto por la dignidad de sus compatriotas.
Ya lo ha demostrado: es la única que enfrenta directamente a Hugo Chávez. La única que, en su propia cara, le ha dicho, sin rodeos ni tapujos, sin ambigüedades, lo que pensamos millones de venezolanos y que hasta el 13 de enero de este año no habíamos podido decírselo con la contundencia demoledora con la que lo hizo María Corina Machado.

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